lunes, 6 de octubre de 2008

La sociedad del siglo XV


Durante los siglos XIV y XV la población española aumentó gracias a la situación económica favorable. Aunque hubo épocas, y en ciertas zonas, en las que la población disminuyó, como a causa la peste negra de 1349, la expulsión de los judíos en 1492 o la conversión forzosa de los moriscos (eran aquellos musulmanes que se convertían al cristanismo) en 1502.


Había dos clases privilegiadas, la nobleza y el clero:

1) La nobleza: Eran señoríos jurisdiccionales, que permiten ejercer al señor, ciertas funciones públicas, pero no tenía la posesión de la tierra.

Por debajo están los infanzones, caballeros e hidalgos, con un menor poder económico, pero con honra y privilegios.

Los privilegios de la nobleza se manifiestan, ante todo, por tener una jurisdicción propia, con sus jueces y ser perceptores de impuestos.


2) El clero: Disfrutaba de similares privilegios, con una jurisdicción diferente. Eran perceptores de impuestos, y estuvieron exentos de las tasas. Pero también entre ellos hay diferencias sustanciales de rentas. No era lo mismo un párroco de aldea que el obispo de Toledo, o pertenecer a una de las órdenes religiosas.


Clases no privilegiadas:


La mayoría de la población pertenecía a las clases no privilegiadas, es decir, que estaban sometidas a la legislación común y pagaban impuestos.


La mayoría de la población era campesina, y la que más tributos pagaba. Abundaron entre ellos los pequeños propietarios libres, que debían prestar vasallaje.
Durante los siglos XIV y XV la burguesía comienza a despuntar como grupo social importante. Son mercaderes y artesanos en las ciudades, y controlan el poder municipal.

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